sábado, 29 de marzo de 2008

LOS HERMANOS MARX - El camarote

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De las trece películas que cimentaron la fama de los Hermanos Marx, posiblemente Una noche en la ópera (A night at the Opera, 1935, Sam Wood) sea la más divertida, posición que, es verdad, discute con Sopa de Ganso (Duck Soup, 1933, Leo McCarey). Y, sin duda, la llamada escena del camarote es uno de los momentos más divertidos de esa cinta, posición que, es verdad, discute con la llamada escena del contrato.

Primera película del combo con la Metro Goldwyn Mayer, significó un cambio notable respecto a las cinco anteriores, todas producidas por los estudios Paramount Pictures. El responsable de ese giro fue el productor Irving Thalberg, uno de los hombres que edificaron el nivel imperial de Hollywood. “Haré una película con ustedes con la mitad de risas de Sopa de Ganso, pero le pondré una historia con todas las de la ley, y apuesto a que conseguiré el doble de beneficios”, contó Groucho que les dijo Thalberg para convencerlos del pase de estudios.

Así, Thalberg puso a trabajar en una historia en la que los momentos de risa tuvieran sentido dentro de ella a un grupo de guionistas, entre los que estaban dos viejos conocidos -y apreciados- de los Marx, George Kaufman y Morrie Ryskind.

Una vez que el grueso del material estuvo más o menos terminado, Thalberg contrató a Al Boasberg, un guionista experto en chistes para los circuitos de vodevil, y que había participado en el guión de La General (The General, 1926, Buster Keaton), y, sin aparecer en los créditos, de Fenómenos (Freaks, 1933, Tod Browning). También, y como curiosidad, había dirigido a Los Tres Chiflados cuando eran partiquinos de Ted Healy (Myrt and Marge, 1933).

La cuestión es que Boasberg, que fue contratado como consultor del guión, terminó por alumbrar la escena clave de la película, precisamente, la del camarote.

Cuenta Stefan Kanfer en su extenso volumen Groucho, una biografía, que el productor Thalberg, después de vanas esperas, conminó a Boasberg a que le mostrara material nuevo. La respuesta podría haber sido un sketch digno de alguna película Marxiana. Boasberg telefoneó a Thalberg para decirle que el trabajo estaba listo para ser retirado en su oficina y que él se iba a su casa.

“Acompañado por los tres Hermanos Marx (Groucho, Chico y Harpo) –escribe Kanfer-, Thalberg acudió hasta allí. El despacho estaba abandonado y se pusieron a buscar por toda partes. No encontraron nada en el escritorio, ni en los cajones, ni en los archivadores, ni en la papelera. Suspirando, Groucho levantó los ojos y allí vio lo que Boasberg había prometido. El escritor había escrito una escena, cortado con tijeras los diálogos en pedazos de una frase, y los había clavado con tachuelas en el techo.

“-Nos costó cerca de cinco horas volver a recomponerlo –dijo Groucho-. Pero valía la pena, porque resultó ser el centro de una de las escenas más famosas que hemos hecho.”

Sin embargo, la escena, que, como se sabe, convoca a 15 personas en un estrecho camarote, y que terminan literalmente desbordando al abrir la puerta Margaret Dumont, corrió el riesgo de nunca ver la luz de las pantallas plateadas. Esto se debió al particular camino que tomó Thalberg, quien hasta entonces se había especializado en dramas. La decisión fue ir testeando previamente el material de la película, con los actores representando las escenas en teatros, ante el público.

Para los Marx era como volver a sus primeros tiempos de éxitos teatrales, incluso antes de hacer cine. Por aquellas épocas, sus escritores iban modificando el libreto de la pieza de acuerdo a las reacciones del público, todo de acuerdo a una simple idea para probar los chistes: los que despertaban risas quedaban; los que no, volaban o eran modificados hasta alcanzar el efecto deseado.

A la sazón, sucedió que la escena del camarote no convocaba la risa del público y, por ende, tampoco la confianza de actores y guionistas, quienes sugirieron a Thalberg quitar la escena completa. El productor, aconsejado por su intuición, se negó. El elenco continuó entonces representándola, y enriqueciéndola con nuevas improvisaciones. El tiempo terminó dando la razón a Thalberg.

Según una versión muy extendida, se sugiere que Buster Keaton participó en la confección del sketch. Sin embargo, Keaton, que efectivamente trabajó en la MGM haciendo gags para películas, no fue sino contratado dos años después del rodaje de Una noche en la ópera, e incluso llegó a participar en Una tarde en el circo (At the circus, 1939, Edward Buzzell), la 4ª película de los Marx con los estudios, pero esa colaboración nunca cuajó por la mutua antipatía entre Keaton y Groucho. Tal vez la confusión se haya alimentado a partir de una escena similar en una película de Keaton, El cameraman (The cameraman, 1928), aunque sin evidente sentido caótico.

El cameraman - Escena del vestuario

Precisamente, esa falta de caos en el resto de Una noche en la ópera -que algunos fans juzgan excesivamente “musical” (10 canciones hay en ella)- es lo que los puristas añoran en esta cinta sólidamente construida desde el punto de vista de la trama.

Dejamos algunas perlas de la escena del camarote:

* Al comienzo, cuando Groucho hace pasar a las camareras, les dice: “Pasen, chicas, y dejen detrás toda esperanza”, lo cual puede ser interpretarse como una alusión a la inscripción que Dante Alighieri imaginó tienen las puertas del infierno: Lasciate ogne speranza, voi ch’intrate (Abandone toda esperanza quien entre aquí).

* Una alusión en inglés a una toma de la lucha libre, cuando Groucho responde a Chico, quien dice que Harpo está medio dormido, mientras abraza a una camarera de modo extraño: “Sí, está medio dormido y media llave nelson”.

* Una chica golpea a la puerta, entra y pregunta por su Tía Minnie (Micaela, en la versión doblada al castellano); una referencia a la madre de los Marx, manager en los primeros tiempos.

Valga como coda la opinión de Groucho sobre la escena: “Fue una combinación de ideas de muchas personas y nos tomó por lo menos una semana filmarla”.

1 comentario:

Antonio Tausiet dijo...

Gracias por la referencia. Es un honor. Un saludo,
http://loshermanosmarx.blogspot.com