viernes, 26 de septiembre de 2008

UN SEÑOR LLAMADO GILA

¿OIGA? ¿EL ENEMIGO?
¿PUEDE PARAR LA GUERRA UN MOMENTO?



Nos fusilaron al anochecer; nos fusilaron mal. El piquete de ejecución lo componían un grupo de moros con el estómago lleno de vino [...] Apretaron el gatillo de sus fusiles y caímos unos sobre otros. Catorce saltos grotescos en aquel frío atardecer del mes de diciembre.

Así relata el propio Gila un episodio que lo tuvo como protagonista. El resultado fue que, en serio, los fusilaron mal: el borracho pelotón erró la mayoría de los tiros.
Gila, ileso, -en un gesto premonitorio de sus futuras habilidades- teatralmente se tiró sobre uno que estaba herido y que daba grandes gemidos. “¡Calla hombre, que nos van a rematar!”, le susurró. Era 1938, tenía 19 años y a la Guerra Civil española le quedaban pocos meses para finalizar.

Fugado luego de ese episodio y nuevamente atrapado por los nacionales de Franco –él era un voluntario de las fuerzas de la República-, ya en 1942, desde la cárcel, comenzó a publicar dibujos humorísticos. Poco menos de una década más tarde, saltó como espontáneo a un escenario, donde hizo reír al público con un monólogo donde describIÓ con mucha gracia recuerdos personales de su participación en aquel conflicto.

Y no hay que creer que fue el único hecho paradójico que vivió.

Yo estaba en el frente de El Pardo, en Madrid. Como tenía una bicicleta, cuando había tiempo me iba hasta mi casa, dormía allí, y al día siguiente volvía al frente. El día que justo cumplía 18 años, cogí la bicicleta y me fui a mi casa a celebrarlo. A la
mañana siguiente, cuando llegué al frente, me dijeron: ‘Tu regimiento no está aquí, se fue a Guadalajara’ (a unos 55 km.). Entonces con la bici me fui hacia allí; ya era de noche cuando llegué y vi un fuego con unos soldados alrededor, me acerqué y dije: ‘Oye, ¿dónde esta el quinto regimiento?’. Me respondieron: ‘Nosotros somos nacionales, tu regimiento está en aquel lado de allí’.

Sin duda, la guerra marcó su personalidad, y por ende, su humor, muchas veces negro, bestia incluso, donde a los chistes sobre ese tema, deben sumarse, por ejemplo, los de situaciones de violencia familiar, con disminuidos físicos, o gente con no muchas luces, clara alusión a cierta tipología de una España rural que si bien no existe, todavía guarda algún que otro rasgo.

Mi humor se basa en la crueldad de los hombres dicho con ingenuidad de niño. Yo trabajo con el absurdo lógico. Con mi estilo puedo hacer creer a la gente que en una rifa me ha tocado una vaca y que la he puesto en el balcón para tener leche fresca. Jamás podré hacerles creer que esa vaca juega al truco.

Ese componente surrealista, que, como sostiene Juan Sasturain, en lo gráfico se parece bastante a otro grande, Landrú, tenía, en escena, un elemento material, el teléfono. Con ese único adminículo creaba situaciones –escribió más de 120 monólogos- que navegaban entre la inocencia y el absurdo, pero sobre todo en una profunda, filosa mirada sobre el ser humano.

Pienso que en el humor no hay estilos. Creo que el humor es una estafa cerebral, es colocar al interlocutor al borde de un abismo y ponerle piedritas para hacerlo trastabillar. Soy muy observador, veo las cosas y las comento. Todo lo que parece serio es un disparate, así que hay tema en todos lados.

Famoso a uno y otro lado del Atlántico, la lista de influencias que siempre dijo recibir es un verdadero seleccionado del humor: Averchenko, Chéjov, Wenceslao Fernández Flores, Jardiel Poncela, Mihura, Neville, por citar algunos.
Muchos de ellos pueden sonar desconocidos, o más bien injustamente olvidados, pero fundamentales a la hora de hablar de un género que el mismo Gila supo definir con una metáfora bélica.

El humor es un arma que no mata, lesiona nada más.

Monólogo de la guerra

Continuar...

domingo, 24 de agosto de 2008

JORGE LUIS BORGES Y ALBERTO OLMEDO

EL BARDO Y EL BUFO CUMPLEN AÑOS














El porteño Borges -nacido Jorge Luis en el último año del siglo XIX- y el rosarino Alberto Olmedo –nato en 1933- levantarían hoy, 24 de agosto, su copa de champagne; y seguramente nunca se conocieron.

Borges, por obra y persona, es asiduamente recordado y homenajeado.

Olmedo, en un antológico sketch con Javier "Álvarez" Portales, asumió un seudónimo quizá casual ("Yo voy a ser Borges” , dijo con una desfachatez que el propio Jorge Luis nunca hubiese utilizado).

Seguro que Borges jamás tomó la leche con Piluso; tal vez, o no, Olmedo haya vislumbrado el aleph, ese punto del cosmos que todo lo sintetiza, mientras -pájaro libre al fin- emprendía su último vuelo.

Hoy, ambos, el escritor y el cómico, comparten el mismo casillero del almanaque.

Quien esto firma no puede dejar de sumarse al recordatorio con íntimo orgullo, especie de inexplicable talismán: también festeja hoy su propio cumpleaños.

EL HUMOR DEL BARDO

Jorge Luis Borges, pese a lo que su obra pueda sugerir, era un tipo muy afecto al humor.

Admirador de Buster Keaton pero no de Chaplin (“horriblemente egoísta y sentimental”, lo juzgó), prefería el humor británico al francés (que “suele ser verbal”) o al español (que “procede de azares fonéticos”), porque emana “de la intuición de una verdad, de una sabiduría”. Precisamente, de ese humor británico, acostumbraba citar a dos irlandeses, Oscar Wilde y George Bernard Shaw.

Cierta vez le preguntaron “¿Usted tiene mucho sentido del humor?” ; respondió: “Y, me parece que no está mal. La realidad es tan rara que si uno no la toma con humor no queda otro camino que el suicidio. Aunque también el suicidio puede ser una forma de humor; de humor negro, en todo caso.”

También puede verse su talante en esta interpelación:
Pregunta: ¿Usted es inteligente?
Borges: Si me dan algunos años para pensar, soy inteligente. Si me hacen preguntas como las suyas, inmediatas, soy más bien estúpido.

Uno de sus más cercanos colaboradores; Carlos Alifano, publicó hace unos años un libro titulado, precisamente, El humor de Borges, donde se refieren distintas anécdotas del escritor, aquí algunas:

Sale Borges del Departamento de Policía después de un trámite. Ya en la calle, a pocos pasos, nos enfrentamos con un hombre joven y atlético, vestido con ropa deportiva y un bolso en la mano.
-Soy el sargento Fulano de Tal -se presentó. ¿El señor es Jorge Luis Borges?
-Bueno, creo que sí, señor -respondió Borges.
-Maestro –dijo el sargento con voz firme-, yo lo sigo en todos los reportajes que le hacen en la televisión y en las revistas. No lo he leído, pero debo confesarle que siento gran admiración por usted y quisiera besarlo.
Borges, sorprendido, asintió con la cabeza y el sargento lo besó tiernamente en la mejilla. Cuando el otro había partido, Borges, que aún permanecía inmóvil tomado de mi brazo, me dio un golpecito con el codo y comentó:
-¡Caramba, un mazorquero cariñoso!

Borges es acosado por unas señoras en el momento mismo en que cruzamos la calle.
-¿Usted es Borges, verdad? -pregunta una de ellas.
-Sí -responde el escritor-. Pero si seguimos aquí corro el riego de dejar de serlo en cualquier momento.

En un hotel de la ciudad de Rosario, Borges abre la canilla para lavarse las manos. Hay aire en las cañerías y el escaso chorro sale produciendo el típico ronquido.
Le pregunto:
-¿Qué pasa, no sale agua?
Borges se da vuelta y responde:
-Sí, pero con escrúpulos.

Borges había publicado en el diario La Nación su poema “El remordimiento”. Caminábamos por calle Florida y de pronto una mujer lo detiene para confesarle:
-Señor Borges, gracias a usted yo sigo viviendo. Leí ese poema suyo que dice: “He cometido el peor de los pecados/ que un hombre puede cometer. No he sido/ feliz”. Eso me salvo.
-Bueno –responde Borges asombrado-, jamás imaginé que un poema mío pudiera tener facultades terapéuticas.

Un grupo de jóvenes estudiantes de filosofía, interesados en la Cábala, lo visita a Borges una tarde. Hablan de la leyenda del Golem, de Judá León, y luego se detienen en Shopenhauer, en Kant y en Pico della Mirandola. Uno de los jóvenes, asombrado ante los conocimientos de Borges, exclama:
-¡Qué maravilla, maestro, cuánto que sabe usted de filosofía!
-No crea -responde Borges-. Sobre filosofía sé solamente lo que han sabido los hombres durante todas las épocas: nada, absolutamente nada.

Me cuenta Borges una mañana algo que le había ocurrido la noche anterior mientras se trasladaba a casa de una amiga:
-Bueno, la fama me ha sorprendido otra vez. Tomé un taxi y cuando iba a descender, el chofer no me quiso cobrar el viaje.
De ninguna manera puedo aceptar que usted me pague, señor. Es un honor haberlo tenido como pasajero. ¿Quién no conoce a Tato Borges?
(Nota: Tato Bores fue –es- un muy conocido cómico argentino)

Más


El HUMOR DEL BUFO

Alberto Olmedo es, con perdón de Pepe Biondi, el máximo humorista que ha dado la televisión argentina. Creció en ese medio, allí se descubrió como actor, primero para el público infantil, entre quien ganó un justo lugar como el Capitán Piluso; luego para el público mayor, con una galería de personajes inolvidables, desde Rucucu al Manosanta.

Tal vez los críticos vean en él un humor zafio, muchas veces de bastante menor categoría que sus propias dotes histriónicas, y quizá allí radique su genialidad, la de haber hecho buenos libretos apenas pasables, mérito de un talento que hace escuela no sólo en actuales y futuros cómicos, sino en el humor popular, en el de la calle.

Aún hoy, dos décadas después de su trágica muerte, en el habla popular, en la vida cotidiana, se siguen reproduciendo sus muletillas y poses, en una especie de olmedismo que se niega a dar su último vuelo.

Un paseíto por algunos de sus muñecos:

Rucucu (no tiene sonido óptimo, pero es un buen testimonio)

Borges y Álvarez

Rogelio Roldán

El Manosanta



Continuar...

martes, 12 de agosto de 2008

WOODY ALLEN Y LA PISTOLA DE JABÓN

Woody Allen escribió, actuó y dirigió su primera película en 1969, Take the money and run (Toma el dinero y corre; ó Robó, huyó y lo pescaron). Narrada como si fuera un documental -recurso que brillantemente volvería a utilizar en otra genialidad, Zelig (1983)-, la historia está centrada en la vida de un inepto delicuente, Virgill Starkwell.

De las muchas que hay en el film, una de las escenas más célebres es esta:

En El País del pasado domingo 2 de agosto, en un artículo títulado El rey de las fugas, se habla de Rafael Bueno Latorre, un delincuente español que está en la lista de los más buscados de su país desde hace 24 años, cuando se escapó de la cárcel de alta seguridad de Alcalá-Meco (Madrid), “un fortín de hormigón del que teóricamente era imposible evadirse”.

El sistema utilizado por él y dos cómplices para dejar esa prisión fue vestirse con las ropas de varios guardias y salir camuflados con ellas al aire libre. Claro que para que los funcionarios accedieran a tan oportuna donación, fueron convenientemente persuadidos con dos pistolas, o al menos eso aparentaban los sendos trozos de jabón moldeados y pintados con tinta china que portaban los fugados.

Los compañeros de huida de Bueno Latorre, uno de los cuales había sido pastelero de profesión, ya habían probado un año antes ese irrefutable método, cuando de la cárcel de Carabanchel se fugaron empuñando dos pistolas de yeso pintadas de negro, una de las piezas que, dice el articulista de El País, “mereció en su día el honor de figurar en las vitrinas del Museo Penitenciario” español.

No cuesta mucho ligar ambos episodios con el gag del comienzo.

Ni tampoco con este.

Congruente con todo esto es el caso de un verdadero especialista en fugarse de las cárceles, el francés Michel Vaujour.

El tipo se hizo famoso en 1986, cuando fue recogido desde los techos de la prisión parisina de La Santé por un helicóptero pilotado por su esposa. Vajour había ganado los tejados de la cárcel despues de amedrentar a los guardias con una falsa pistola y una granada, en rigor, un durazno o melocotón pintado.

Por lo que parece, al hombre no lo detenía ningún tipo de cadenas.

Vajour –hoy en libertad, dedicado a escribir guiones de cine, y éxito de ventas por su autobiografía, Ma plus belle évasion (Mi más bella evasión) –, más tarde volvió a ser detenido y volvió a intentar fugarse en un helicóptero pilotado por una mujer, esta vez una estudiante de derecho que había conocido por correspondencia. Aquella vez había sido apresado durante un asalto a un banco.

¿Algo así?

El tiempo ha pasado desde el estreno de aquel film de Woody, pero parece que su influencia sigue sin decaer. A principios de 2006, en la ciudad estadounidense de Omaha, un joven delincuente llamado Raymond Thomas repitió el mismo rito: moldeó una pistola en jabón y la pintó con tinta de bolígrafo. Capturado al poco tiempo, la policía le requisó aquel sucedáneo de arma de fuego, y lo exhibió a la prensa.

Por lo que puede apreciarse, aparenta estar lejos de intimidar. No debe haber pensado lo mismo el guardia que sintió el artilugio en su cabeza y no dudó en abrir la jaula al pájaro.

Hablando de animales, incluso, tal vez, hubiera servido para robar una veterinaria.

En la actualidad, ya se sabe, muchas veces internet hace más fácil la vida.

Y si se duda, ahí están estos dos objetos.

Es posible imaginar algún espacio de publicidad televisiva dedicado a reclusos con ansias de emancipación inmediata. Así, mientras en la banda sonora se alternan Libre, por Nino Bravo, y Free as a bird (Libre como un pájaro), por The Beatles, una voz en off presenta así estos jabones:

“¡Olvídese de dejar su celda hecha un enchastre de sebosas virutas! Ahora no hace falta ser un habilidoso artesano. ¡Llame ya!, y obtenga su réplica hecha en jabón de primera calidad ¡Impermeable 100 x 100!”.

Como esta última cualidad sería difícil de conseguir en una pastilla limpiadora, tiene sentido la escena final de Take the money and run, con Virgill Starkwell y una pregunta clave.


Continuar...

martes, 5 de agosto de 2008

CHISTES DESDE EL TUNEL DEL TIEMPO

...Y ¿EL MÁS GRACIOSO DEL MUNDO?

La pasada medianoche del sábado 2 de agosto se celebró en Londres el Jack Dee Live at the Apollo (Jack Dee, En Vivo, en la sala Apollo), un programa de televisión que se emite por la cadena Dave, “el hogar de las bromas ingeniosas”. Este show es de stand-up comedy, es decir de monologuistas de humor.

En esa ocasión, para darle mayor realce, fue presentado un estudio encargado hace dos meses a expertos universitarios ¿El foco de esta investigación? Buscar los registros más antiguos del humor. O sea, simplemente, los chistes más viejos del mundo.

Un equipo de la londinense Universidad de Wolverhampton, después de buscar y rebuscar, encontró una decena de antiguos escritos, cuya intencionalidad puede asimilarse a provocar la risa.

Una premisa básica fue definir al chiste como una estructura clara con un claro remate, definición que permitió a los investigadores estirarse hasta 1900 años antes de nuestra era.

Aquí la lista, por orden histórico de aparición:

1. Algo que nunca ha ocurrido desde
tiempos inmemoriales: una joven
mujer tirándose un pedo sobre las
rodillas de su esposo.
(1900 a 1600 a.C. – Proverbio Sumerio)

2. ¿Cómo se entretiene a un faraón aburrido? Se hace navegar sobre el Nilo una barca cargada de mujeres jóvenes vestidas sólo con redes de pesca, y se le pide al faraón que vaya a atrapar un pescado.
(1600 a.C. – Papiro de Westcar, Egipto)

3. Tres pastores de bueyes de Adab estaban sedientos: uno era el dueño de un buey; el otro de una vaca, y el otro del carromato. El dueño del buey se negó a ir a buscar agua porque temía que su buey fuese comido por un león; el dueño de la vaca se negó porque él pensaba que su vaca podía perderse en el desierto; el dueño del carromato se negó porque temía que la carga que llevaba fuese robada. Entonces decidieron ir los tres. En su ausencia el buey hizo el amor con la vaca que parió un ternero que se comió la carga del carromato. Problema: ¿A quién pertenece el ternero?
(1200 a.C.)

4. Una mujer ciega de un ojo estuvo casada con un hombre durante 20 años. Cuando el hombre encontró otra mujer, le dijo a su esposa: “Puedo divorciarme de ti porque me dijiste que eras ciega de un ojo”. Y ella replicó: “¿Y lo has descubierto después de 20 años de casados?
(Circa 1100 a.C. – Egipto)

5. Ulises le dice al Cíclope que su nombre real es Nadie. Cuando Ulises instruye a sus hombres para atacar al Cíclope, el Cíclope grita: “¡Ayuda, Nadie me está atacando!” Nadie fue en su ayuda.
(800 a.C. – La Odisea, Homero)

6. Pregunta: ¿Qué animal camina sobre cuatro patas en la mañana, dos al mediodía, y tres al atardecer? Respuesta: El hombre. Va a cuatro patas cuando es un bebé, sobre dos cuando es un adulto, y usa un bastón cuando es anciano.
(429 a.C. - Edipo Tirano, Sófocles)


7. El hombre es más deseoso de copular que un asno; lo refrena su cartera.
(304 – 30 a.C., Dinastía Ptolemaico, Egipto)




8. Augusto estaba recorriendo su Imperio cuando se encontró entre la multitud a un hombre que se le parecía mucho. Intrigado, le preguntó: “¿Ha estado tu madre sirviendo alguna vez en el Palacio?” “No, su Alteza –replicó el hombre-, pero mi padre sí”.
(Atribuido al Emperador Augusto – 63 a.C./14 d.C.)

9. Deseando enseñarle a su burro a no comer, un pedante no le ofrecía ningún alimento. Cuando el burro murió de hambre, el pedante dijo: “He tenido una gran pérdida. Justo cuando había aprendido a no comer, se murió”.
(Siglos IV y V d.C. – Philogelos, Amante de la Risa, el más antiguo compendio de chistes)

10. Cuando el barbero real le preguntó cómo deseaba su corte de pelo, el rey contestó: "En silencio".
(Siglos IV y V d.C. – Philogelos)


Posiblemente, lo más destacable de estos chistes resida en su relevancia antropológica. También reconocer, que, como una creación cultural, y aunque pueda haber temas universales, un chiste es hijo de su tiempo, y de quienes se ríen con él.

Varias cosas sobresalen de esta decena. Respecto al primer chiste, es evidente su carácter escatológico. Ese interés por asuntos más o menos relacionadas con partes íntimas no parece haber decaído con el paso del tiempo. Ahí están desde los clásicos chistes de Jaimito hasta el cine de los hermanos Farrelly y este ejemplo de There’s something about Mary.

Según Paul Mc Donald, profesor de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Wolverhampton, quien firma el trabajo y es un escritor especializado en temas humorísticos y escritura creativa, el estudio "muestra que los chistes han variado a lo largo de los años, algunos toman el formato de pregunta y respuesta, mientras que otros son proverbios ingeniosos, juegos de palabras o acertijos".

"Puede verse, también, que los chistes modernos tienen orígenes que pueden remontarse a las primeras bromas identificadas en esta investigación", dice Mc Donald.

Podemos agregar que, evidentemente, las alusiones a temas sexuales tampoco son ajenas en los chistes mencionados, e incluso en el tercero, el de los pastores de bueyes, se utiliza el recurso de la regla del tres, algo muy habitual en la presentación de chistes, gags, o escenas cómicas.

Británicos, los expertos de Wolverhampton también han encontrado el chiste más antiguo de su tierra, que se remonta al siglo X. Está en el Códice de Exeter y dice:

¿Qué cuelga del muslo de un hombre y quiere meterse en un agujero en el que a menudo se introduce? Respuesta: Una llave.

En tren de agregar más información a esta noticia, podemos citar un chiste en castellano –tal vez haya alguno más antiguo- que tiene al ingenioso poeta Francisco de Quevedo como protagonista.

Se dice que Quevedo aceptó una apuesta. El desafío tenía como eje la renguera de la reina Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe IV e hija de Fernando III de Alemania. El poeta se comprometió a referirle a la reina su minusvalía sin que ella lo tomara como una ofensa.

Así, se presentó ante la soberana con una flor en cada mano y la siguiente frase:

Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad, escoja”.

El truco usado por Quevedo es una figura retórica llamada calambur, que consiste en cambiar el significado de una palabra o de una frase al agrupar sus sílabas de distinta forma, lo que permitiría dejar el final de la frase así:

su majestad es coja”.

Por último, ya que estamos, Richard Wiseman, psicólogo y profesor de la University College de Londres viene investigando desde hace años una serie de temas que podrían definirse con el título de su último libro Rarología, la curiosa ciencia de la vida cotidiana.

Tiempo atrás, y sugerido por uno de los sketches más famosos de los Monty Phyton, Wiserman se abocó a investigar cuál era el chiste más gracioso del mundo. Para ello, abrió una web, llamada el Laboratorio de la Risa, y propuso que los internautas enviaran el que consideraran el chiste más gracioso y a su vez votaran los que se iban proponiendo.

Al final del proyecto, un año después, se habían recibido 40.000 chistes, 350.000 personas habían votado desde 70 países, y finalmente un 55% había elegido al chiste ganador:

Dos cazadores están en el bosque cuando uno de los dos se desmaya; parece no respirar y sus ojos están vidriosos. Su compañero llama por el teléfono móvil a emergencias. Cuando le atienden, con la voz ahogada, el cazador dice:
-Mi amigo está muerto ¿Qué puedo hacer?
-Cálmese –le responde el operador-.Voy a ayudarlo. Primero, asegúrese de que su amigo está muerto.
Hay un silencio, y luego se escucha un disparo. Otra vez al teléfono, el cazador dice:
-Okey, ¿y ahora qué?

Más allá de las opiniones posibles, gran final con los Monty Python y, sí, el chiste más gracioso del mundo.

Continuar...

domingo, 20 de julio de 2008

DESARMANDO (a) LA BOMBITA

(Rodríguez, el Palito Ortega montonero)

Reírse con (y de) la Izquierda


La política es una fuente inagotable para el humor.

Más bien, habría que decir que lo son los políticos. Se cuenta que Gamal Abdel Nasser, presidente egipcio entre 1954 y 1970, contrató a un tipo cuyo trabajo, a plena dedicación, consistía en informarle de los últimos chistes sobre su gobierno. Nasser consideraba que sabiendo de qué se reía la gente podía conocer sus propios puntos vulnerables.

Desde hace apenas dos meses, un personaje de la televisión argentina está causando verdadero furor al tomar en clave de humor los tics de la Izquierda, en especial la de los años 70.

El programa “Peter Capusotto y sus videos”, con el esclarecedor subtítulo de “Un programa de rock”, se emite por la televisión pública. Allí además de videos de los mejores grupos y solistas de la historia, hay una variopinta y aguda galería de personajes, creados por Pedro Saborido, e interpretados por el mismo Diego Capusotto. Todo ello con una mirada que procesa, con una mirada rockera, estereotipos de ese mundo, y no solamente.

Esta temporada –ya la tercera- sobresale un cantante cuyo nombre y apelativo lo dice todo: Bombita Rodríguez, el Palito Ortega montonero.

Vale aclarar, que, en el ámbito argentino, el rock es más que un estilo de música, refiere más que nada a una actitud, a un modo de ver el mundo. Algo que puede catalogarse como cultura rock, y a la que estas palabras del guitarrista de The Who, Pete Townshend, pueden aproximar una definición:

Si grita pidiendo verdad en lugar de auxilio,
si se compromete con un coraje que no está seguro de poseer,
si se pone de pie para señalar algo que está mal
pero no pide sangre para remediarlo,
entonces es rock and roll.

Veamos la primera aparición de Bombita Rodríguez en Peter Capusotto y sus videos.


En caso de que algunos aspectos no se hayan comprendido, ya sea por localismos o desconocimiento, intentaremos desmenuzar el personaje y las influencias que han alimentado su ficcional biografía.


Hoja de ruta para no perderse nada de Bombita Rodríguez


Después de referir la distancia entre rock y política, Capusotto, menciona a Andrés Calamao, un cantante con "fuertes basamentos en el comunismo chino", que dijera la frase: Que linda noche para fumarse un porrito, tomar un cuartel e instaurar el maoismo en la Argentina.

Ya en el informe, se habla de los años 70, del rock “rebelde pero apolitizado”; de "cantantes más comprometidos ideológicamente".

Tambièn hay mención para los que se consideraban "artistas comerciales, frívolos y pasatistas".

Es entonces cuando se llega a "uno, defenestrado por todos, hoy vive exiliado en Cuba, olvidado por los argentinos que alguna vez bailaron y disfrutaron al ritmo de sus canciones". A continuación, aparece Pipo Mancera, popular presentador de la tevé de los sesenta y setenta, en una improbable presentación de Bombita.

Y Bombita comienza a cantar sobre los inconfundibles acordes de Viva la vida, de... Palito Ortega.

Yo te amaré/ Te seguiré a todas partes/ Porque soy un militante/ De nuestra liberaciónYo te amaré/ Luchando contra el imperio/ Y la puta oligarquía/ Que a nuestro pueblo oprimió//La lucha armada,/ La lucha armada,/ La lucha armada,/ La lucha armada,/ Es nuestro amor.//La lucha armada,/ Y el socialismo,/ Llegarán juntos,/ ¡Junto a Perón!// ¡Eeerrrrrrrrrrpppp!// ¡Junto a Perón!

¿Quién es Bombita? O mejor dicho, ¿de donde viene este cantante que "combinó la canción berreta (lunfardismo por mala calidad), populachera y pegadiza, con letras que alentaban la revolución en Argentina"?

Hijo de artistas, llegó por dos vías a esa búsqueda de síntesis creativa. Su madre, Evelyn (nombre que recuerda a una modelo argentina muy famosa en los 70, Scheidl de apellido) Tacuara, la más famosa vedete del nacionalismo católico argentino, le inculcó la pasión por la música. Su padre, Grunkel “Cacho” Abramov, el payaso Barricada, el más renombrado clown del troskismo, le legó su pasión por las masas.

Así, con el inestimable apoyo familiar, Bombita graba su long play debut, Ritmo, amor y materialismo dialéctico.

De ese volumen saldría su primer gran suceso.

Tu papá... No me quiere.../ Es un cerdo capitalista.../ Pero yo quiero casarme con vos,/ Y luchar por la patria socialista./ Pero yo quiero casarme con vos,/ Y andar juntos por la senda guevarista.// Armas para el pueblo. / Armas para el pueblo. / Armas para el pueblo, ¡ya!// Armas para el pueblo. / Armas para el pueblo. / Armas para el pueblo, ¡ya!// ¡Eeeeeerrrppp!

La fama le sembró un camino fácil a las grandes pantallas, con comedias exitosas como Amor y frente de masas; en la que, por el cartel, se sospecha que actuó junto a Angel Magaña, Tito Lusiardo y Rocío Dúrcal (aunque aparece mencionada como Estela Molly).

También Me gustan tus ojos y tu pensamiento leninista; y Qué linda es mi familia, lástima que sean unos burgueses sin conciencia nacional.













Hoy, como su contrafigura orteguiana, Bombita tampoco vive en Argentina. De hecho lo hace en Cuba, muy cercano geográfica que no ideológicamente de aquel, afincado en Miami.

Yo te pido un besito,/ Y de la mano tenerte./ Marchemos junto al pueblo,/ Nuestro amor es ¡patria o muerte!// La clase obrera, es lo mejor.../ Burgueses, ¡atrás! ¡atrás! ¡atrás!// La clase obrera, es lo mejor.../ Burgueses, ¡atrás! ¡atrás! ¡atrás!// La clase obrera, es lo mejor.../ Burgueses, ¡atrás! ¡atrás! ¡atrás!// ¡Prrrttttt!


Bonus track con Marx Attack


Un antecedente sobre el tema de la izquierda vista en solfa, tal como que hacían Capusotto y Saborido, más el no menos genial Fabio Alberti, en otro hito televisivo, Todo por dos pesos.

Look psicobolche (pulover peruano, morral, boina, barba), referencias al PC, al PI, al PO, al MST, al Bar La Paz (sede no oficial de la izquierda porteña durante varias décadas), clásicas canciones de protestas remixadas..., todo un hallazgo.

¡Atención al Che Guevara bailando como un descosido!

Continuar...

viernes, 4 de julio de 2008

EL GORDO Y EL FLACO ROMPEN TODO

LAUREL AND HARDY BREAKE ALL


Es la primera pareja famosa que ha dado el cine. Pero, en verdad, eso es decir muy poco de sus integrantes.

Con más precisión, puede asegurarse que marcaron en las pantallas –y en el humor que vino después en otros ámbitos- el standard para una pareja “despareja”. En ese sentido, es elocuente el nombre artístico con el que han sido inmortalizados en muchos lugares del mundo: El Gordo y el Flaco.

Como ya hemos dicho en otras entradas, vale destacar cómo el juego de opuestos es un elemento recurrente en las parejas cómicas. En este caso, el Gordo, Oliver Hardy, es aparentemente el más inteligente, pomposo e irascible del dúo; mientras que el Flaco, Stan Laurel, también en apariencia, es el de menos luces, dubitativo y flemático.

Uno de los rasgos más notables de la pareja, a diferencia de otros números cómicos que provenían del vodevil y del teatro de variedades, es haber sido también el primer número cómico más famoso nacido en la misma industria cinematográfica. Ambos tenían un pasado en el teatro, de hecho, Laurel era suplente de Chaplin en la compañía inglesa de teatro de variedades con la que fue por primera vez a Estados Unidos.

Por su parte, Hardy, que provenía de una familia de clase media, ya desde muy pibe entendió que tenía algo que decir como actor, más aún como cantante. Ese mundo, el del espectáculo, le llevo a ser, a los 18 años el propietario de un cine, el empresario más joven en su época de esa naciente industria. También oficiaba de proyectista, posición desde la que dedujo que él también podía hacer lo mismo que lo que los actores hacían en las pantallas. Así, de muy joven, se acercó a los incipientes estudios de la época.

Fue
Hal Roach el que los unió, al verlos coincidir en una película y comportarse del mismo modo detrás de cámara de lo que después harían delante. Roach, que por ese entonces ya era un exitoso empresario del celuloide, en especial gracias a su amigo Harold Lloyd, tuvo la visión de que juntos tenían un potencial.

Y es justo aclarar que el cráneo, el arquitecto humorístico del dúo era Stan, El Flaco. Bien claro lo deja un fanático de la pareja, el escritor y periodista argentino
Osvaldo Soriano, cuando escribió:

“Nadie, hasta entonces, había dedicado tanto tiempo a la construcción de un gag. Laurel quería que cada situación pudiera desprenderse del contexto del guión como una obra en sí misma. Así, sus películas semejaban endemoniadas cajas chinas en las que cada vista era independiente del resto, pero a la vez le daba sentido. Stan Laurel inventó el gag. Le concedió un crescendo, un clímax y una deliciosa caída. Cada gag del gordo y el flaco semeja un espléndido orgasmo con toda su furia, su desesperación y su necesario alivio. Como incansables amantes, el gordo y el flaco provocaban una y otra vez ese clímax.”

Soriano, que basó en ellos su primera novela (
Triste, solitario y final), cita a Hardy explicando como funcionaba la pareja: “A veces bastaba un perro para iniciar una toma y llevarla adelante. Stan hacía algo y yo lo seguía y daba pie para que él hiciera otra cosa y yo otra y después Stan hacía el montaje y todo era perfecto.”

Stan y Oliver murieron casi en la miseria. Sobre ese final, aseguró -también es una cita de Soriano- Buster Keaton: “Ellos cometieron el error de hacer reír a un país violento y sin alma, que íntimamente los amaba pero terminó despreciándolos”.

De todos modos, en 1960, un lustro antes de su muerte, Laurel recibió un Oscar a su trayectoria, galardón que la Academia había entregado en 1932 al corto The music box (La caja de música, James Parrott, 1932). Además, en sus últimos años, recibía la visita de tres admiradores: Dick Van Dyke, Jerry Lewis y Danny Kaye. Precisamente, en su despedida fúnebre, dijo Van Dyke: “Stan nunca fue aplaudido por su arte porque él se cuidó muy bien de esconderlo. Él sólo quería que la gente riera”.

El Gordo y El Flaco brillaron juntos en más de un centenar de filmes, entre cortos y largos; algunos de ellos memorables, en especial el favorito de Osvaldo Soriano, Big business (Grandes negocios -pero conocido más apropiadamente como Ojo por ojo-, 1929, James Horne), el estropicio de la propiedad privada llevado al paroxismo.

También memorable lo han juzgado en el
National Film Registry, Library of Congress (el Registro Nacional del Film, de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos), que en 1992 guardó en su archivo una copia de la cinta.


Varios elementos pueden sumarse a esta simple historia de poco más de 17 minutos. Una es la participación de Leo Mc Carey, guionista y responsable en parte de la dirección, y que más tarde dirigiría a Los Hermanos Marx en, nada menos, Duck Soup (Sopa de Ganso, 1933). Justamente, algunos expertólogos en El Gordo y El Flaco sostienen que esta no es de las historias más típicas del dúo, a la que asemejan más al espíritu marxiano, donde cada uno del combo hace lo que viene en gana cuando le viene en gana. En cualquier caso, esta situación de “demolición recíproca” que plantea Big business, resuelta de modo brillante, demuestra la versatilidad del tándem.

Otro aspecto destacable son los dos actores secundarios que acompañan a Ollie y Stan. Primero, el irascible vecino con el que
se enfrentan, James Finlayson, un actor cuyo aspecto y actitud representaba una apropiada contrafigura del dúo, con quien actuó en más de 30 películas. Se sabe menos, que una frase suya, cuando llegó el sonoro, fue fundamental, muchos años más tarde, para otro clásico de la cultura popular. En efecto, Finlayson acuñó una expresión muy simple, en rigor, que utilizaba cuando sucedía algo que lo contrariaba. Más de medio siglo después, Homero Simpson ha inmortalizado su ¡Ough! cada vez que le ocurre algo malo o inesperado.

El otro actor secundario es el
indeciso policía, encarnado por Stanley Sandford, quien tuvo más de 20
presencias con Laurel y Hardy; casi 10
con Chaplin, la más conocida de ellas, tal
vez, en la escena de la línea de montaje de Modern Times (Tiempos Modernos,
1936); e incluso en el primer corto de Los
Tres Chiflados, Woman Haters (Los
odiadores de mujeres, Archie Gottler,
1934).

Finalmente, vale constar que durante mucho tiempo circuló la versión, motorizada por el mismo Hal Roach, que la casa utilizada para la película no fue exactamente la comprada para la producción.

Según contaba Roach cada vez que salía el tema, había comprado una casa y sus muebles a un hombre, y al día siguiente enviado hacia allí el equipo de filmación. Cuando él llegó más tarde, el trabajo estaba avanzado en todo sentido: tomas hechas, casa y cosas destruidas. Sin embargo, dijo sorprenderse al ver que el encargado de producción había confundido la vivienda con una de al lado.

Mucho tiempo después, Laurel desmintió está versión, al asegurar que todo fue una maniobra del departamento de prensa de los estudios de Roach. “El tipo de la casa –contó- era empleado del estudio y trabajó en el film con nosotros”. De hecho, la dirección de la casa es 10281 Dunleer Drive, Cheviot Hills, Los Angeles, lugar de peregrinación obligado para los fanáticos del Gordo y el Flaco que se llegan hasta esa ciudad para rememorar uno de los grandes desmadres en la historia del humor.

Continuar...