lunes, 4 de mayo de 2009

JACQUES TATI

EL COMICO INVISIBLE




Si a Buster Keaton se lo conoce como el cómico que no reía, a Jacques Tati, más bien a su personaje, Monsieur Hulot, el señor Hulot, si parafraseamos aquella novela de Graham Green, se lo puede llamar el cómico impasible, o, mejor aún, invisible. Físicamente, lo describe mucho esta definición del personaje: la cara del poeta surrealista Jacques Prevert en el cuerpo del militar y político Charles De Gaulle, ambos compatriotas suyos. Y no menos dice de él el propio Tati, de quien el pasado 9 de octubre se cumplieron 102 años de su nacimiento.

El Sr. Hulot es un personaje de total independencia, de un altruismo absoluto y cuyo carácter irreflexivo es su principal inconveniente en este tiempo actual, tan funcional. En suma, un inadaptado.
De tan inadaptado que aparenta ser, su humor parece no estar, es casi como una sutil presencia que se esfuma, pero permanece. No en la quijada desencajada, la carcajada bestial; no en la risa lacrimosa, incontenible; lo de M. Hulot es como el recuerdo -tal vez nunca vivido- de la felicidad inocente. Y, como los recuerdos, como la dulce nostalgia, es un viaje interior, imposible de ver con estos pobres ojos mundanos.

No carecen sus películas, no obstante, de despliegue visual. De hecho, se lo considera como uno de los que, ya con el cine sonoro instalado, supo rescatar la riqueza del humor mudo. Como ya dijimos, gran parte de los gags que Peter Sellers protagoniza en The party (La fiesta inolvidable o El guateque) son un directo homenaje a Tati, tampoco cuesta encontrar su impronta en un cómico contemporáneo como Mr Bean.

Jour de fête (Día de fiesta, 1949), Mon oncle (Mi tío, 1958), Play Time (1967), Traffic (Tráfico, 1971), son muestras del talento de Tati, director fundamental para la historia del humor, aunque no pocos vean un resumen de su obra como maestro indiscutible en Les vacances de Monsieur Hulot (Las vacaciones del señor Hulot, 1953).
Quien haya tenido la fortuna de leer las varias historias de Le petit Nicolas (El pequeño Nicolás), del genial René Goscinny (guionista entre otros de Asterix y Lucky Luke) y dibujos del no menos genial Sempé, con toda seguridad recordará una de las aventuras de la criaturita protagonista que sucede en sus vacaciones junto al mar, en un pequeño hotel. Mucho de ese ambiente, entre nostálgico y entrañable, tiene esta primera aparición de Hulot, un carácter a la altura de los grandes del género.

Llegada al hotel


Almuerzo


¿Y cuál es el secreto en el que descansa el arte de Tati?
Mis primeras investigaciones sobre la comedia vienen de mis numerosas dificultades con los profesores. Tenía la suerte de ser enviado hacia el rincón de los burros muy seguido. Desde allí puedes notar que el maestro, tan perfecto de frente, de cerca tiene los calcetines caídos y que se rasca la calva. En otras palabras, ves el otro lado del decorado. Esta fue la primera lección en el arte de la observación, de esa manera comencé a ver que había algo más que gente impecable y correcta.
Sin embargo, o tal vez por eso, casi nunca falta en sus películas gente impecable y correcta, sólo que le sirve de excusa para que Monsieur Hulot luzca en toda su plenitud esa mirada lunar, a caballo entre el poeta y el niño. De ese lugar, mejor dicho, de ese no lugar, para quienes carecemos del don de los poetas y ya hemos dejado de ser niños, viene, muy probablemente, el humor de Tati, sin especiales anclas en el absurdo, más bien costumbrista incluso, y, sin error de concepto, de gran ingenio.

Bote


Es que, como enseñan los cánones de la risa, no hay acción o situación de la que no pueda extraerse un elemento cómico. En Tati, la elegancia lo es todo, aunque el ámbito pueda aparentar dificultarla. Mucho del querible Hulot está, también, en que es un personaje sin maldad, lo que no implica que sea tonto.

Cementerio


De la importancia de su obra da cuenta una reciente y muy amplia retrospectiva de su obra que se extenderá hasta el próximo 3 de agosto en la Cinemateca Francesa, con proyecciones de sus filmes, instalaciones lúdicas que recrean su mundo, filmes de otros cineastas que se han visto influenciados, desde Jerry Lewis y Woody Allen a Jean Luc Goddard, David Lynch y Steven Spielberg, entre otros, y un amplio arco de homenajes y reflexiones. Esa muestra, incluso en un hecho que podría haber sido imaginado por el propio Tati, despertó una polémica, cuando un afiche fue censurado -o "intervenido"- por las autoridades del metro parisino, quisquillosos con la aparente poca corrección política de la pipa de M. Hulot.

Un Hulot que, si acaso la curiosidad despierta el interés, sigue oteando el mar desde el poblado costero de Saint-Marc-sur-Mer.

Salon y juego de cartas


viernes, 26 de septiembre de 2008

UN SEÑOR LLAMADO GILA

¿OIGA? ¿EL ENEMIGO?
¿PUEDE PARAR LA GUERRA UN MOMENTO?



Nos fusilaron al anochecer; nos fusilaron mal. El piquete de ejecución lo componían un grupo de moros con el estómago lleno de vino [...] Apretaron el gatillo de sus fusiles y caímos unos sobre otros. Catorce saltos grotescos en aquel frío atardecer del mes de diciembre.

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domingo, 24 de agosto de 2008

JORGE LUIS BORGES Y ALBERTO OLMEDO

EL BARDO Y EL BUFO CUMPLEN AÑOS














El porteño Borges -nacido Jorge Luis en el último año del siglo XIX- y el rosarino Alberto Olmedo –nato en 1933- levantarían hoy, 24 de agosto, su copa de champagne; y seguramente nunca se conocieron.

Borges, por obra y persona, es asiduamente recordado y homenajeado.

Olmedo, en un antológico sketch con Javier "Álvarez" Portales, asumió un seudónimo quizá casual ("Yo voy a ser Borges” , dijo con una desfachatez que el propio Jorge Luis nunca hubiese utilizado).

Seguro que Borges jamás tomó la leche con Piluso; tal vez, o no, Olmedo haya vislumbrado el aleph, ese punto del cosmos que todo lo sintetiza, mientras -pájaro libre al fin- emprendía su último vuelo.

Hoy, ambos, el escritor y el cómico, comparten el mismo casillero del almanaque.

Alberto Olmedo es, con perdón de Pepe Biondi, el máximo humorista que ha dado la televisión argentina. Creció en ese medio, allí se descubrió como actor, primero para el público infantil, entre quien ganó un justo lugar como el Capitán Piluso; luego para el público mayor, con una galería de personajes inolvidables, desde Rucucu al Manosanta.

Tal vez los críticos vean en él un humor zafio, muchas veces de bastante menor categoría que sus propias dotes histriónicas, y quizá allí radique su genialidad, la de haber hecho buenos libretos apenas pasables, mérito de un talento que hace escuela no sólo en actuales y futuros cómicos, sino en el humor popular, en el de la calle.

Aún hoy, dos décadas después de su trágica muerte, en el habla popular, en la vida cotidiana, se siguen reproduciendo sus muletillas y poses, en una especie de olmedismo que se niega a dar su último vuelo.

Un paseíto por algunos de sus muñecos:

Rucucu (no tiene sonido óptimo, pero es un buen testimonio)

Borges y Álvarez

Rogelio Roldán

El Manosanta



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martes, 12 de agosto de 2008

WOODY ALLEN Y LA PISTOLA DE JABÓN

Woody Allen escribió, actuó y dirigió su primera película en 1969, Take the money and run (Toma el dinero y corre; ó Robó, huyó y lo pescaron). Narrada como si fuera un documental -recurso que brillantemente volvería a utilizar en otra genialidad, Zelig (1983)-, la historia está centrada en la vida de un inepto delicuente, Virgill Starkwell.

De las muchas que hay en el film, una de las escenas más célebres es esta:

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martes, 5 de agosto de 2008

CHISTES DESDE EL TUNEL DEL TIEMPO

...Y ¿EL MÁS GRACIOSO DEL MUNDO?

La pasada medianoche del sábado 2 de agosto se celebró en Londres el Jack Dee Live at the Apollo (Jack Dee, En Vivo, en la sala Apollo), un programa de televisión que se emite por la cadena Dave, “el hogar de las bromas ingeniosas”. Este show es de stand-up comedy, es decir de monologuistas de humor.

En esa ocasión, para darle mayor realce, fue presentado un estudio encargado hace dos meses a expertos universitarios ¿El foco de esta investigación? Buscar los registros más antiguos del humor. O sea, simplemente, los chistes más viejos del mundo.

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domingo, 20 de julio de 2008

DESARMANDO (a) LA BOMBITA

(Rodríguez, el Palito Ortega montonero)

Reírse con (y de) la Izquierda


La política es una fuente inagotable para el humor.

Más bien, habría que decir que lo son los políticos. Se cuenta que Gamal Abdel Nasser, presidente egipcio entre 1954 y 1970, contrató a un tipo cuyo trabajo, a plena dedicación, consistía en informarle de los últimos chistes sobre su gobierno. Nasser consideraba que sabiendo de qué se reía la gente podía conocer sus propios puntos vulnerables.

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